Noche en Diciembre
(Tomado de Bolsa de Noticias)
Recia figura de la canción romántica nacional, célebre compositor y músico polifacético que alcanzo popularidad en nuestro terruño y más allá de las fronteras patrias debido a la virtuosa forma de ejecutar la trompeta.

Gastón Pérez, fue bautizado en su época como el "Oreja de Burro", nombre con que cariñosamente lo llamaban sus amigos y el mundo del espectáculo. De él se cuentan innumerables anécdotas, unas cargadas de realidad y dramatismo, otra con ese toque infaltable de fantasía que rodea a los hombres excepcionales. Don Manuel Pérez, nos cuenta que: "un día en un partido de baseball en el estadio Gral Somoza; Gastón en pleno partido se puso a entonar el Himno Nacional, el juego se paralizo de inmediato y los miles de fanático se pusieron de pie.

Un viejo Managua ya fallecido, don Carlos Rostrán narraba la historia de "Cuando Calienta el Sol", célebre canción que según sus palabras era composición original de la inspiración de Gastón, quien la compuso en Masachapa y su nombre verdadero es "Cuando Caliente el Sol en Masachapa", y según se dice, ésta fue comprada por unos músicos mexicanos; desde luego se refiere el Sr. Rostrán: por unos pocos pesos debido al abandono económico en que siempre han vivido los artistas nacionales".

Fantasía o realidad, lo que podemos asegurar es que Rafael Gastón Pérez, pertenece a esos espíritus especiales de la música. Hablar de él, es hablar de una nueva era de la canción nicaragüense que ha sido difícil de superar. La capacidad interpretativa, la calidad musical y la genial melodía de oreja de burro, a través del tiempo, se tornan más fecunda, su magistral composición, "Sinceridad", ha sido interpretada por grandes voces del mundo del canto. Lucho Gatica, Bienvenido Granada, Marco Antonio Muñiz, y todos y cada uno de los cantantes nacionales, siente la vehemente necesidad de interpretar este himno del canto romántico nacional, para poder dar paso a otras melodías.

Pero además de Sinceridad, no podemos dejar de mencionar canciones como: Infiel, Yo no lo creo a Gagarín. Esta última es un canto con toque de sátira güegüense, que riposta a la afirmación rusa de haber llegado a la luna. Silencio de amor, María Adelina, Noche de Diciembre, melodía que fuera grabada por primera vez en la voz de Enrique Pirella y con el marco musical de Billos Caracas Boys de Venezuela. Son tantas las canciones que nos heredó Rafael Gastón Pérez, que muchas de ellas divagan en algún viejo baúl en espera de alguien que les haga salir, para ser orgullo del canto nacional y deleite de quienes gustan de la canción romántica.

El nombre de Gastón se maneja como una marca de calidad en el mercado del cambio nacional e internacional. En México, muchos musicólogos califican a Gastón como una época del romanticismo musical latino, el que sirve de referencia para ser punto de partida en lo que a estudio de la canción latinoamericana se refiere. Hablar de la música de Gastón Pérez, es un tema interminable y cada nicaragüense de alguna u otra manera ha tenido algún encuentro con el espíritu de este músico muerto nuestro. Desde luego nuestro mayores tienen miles de anécdotas que recordar sobre este maestro nicaragüense. Ellos tuvieron el privilegio y la dicha de bailar, enamorarse, y hasta casarse por la causa de lo dulce de la música romántica interpretada por Gastón.

La Vieja Managua siempre fue el escenario motivo de éste virtuoso cantor. El malecón de antaño con su Copacabana, con el Casino Olímpico, el Versalles y los Salones de Moncho Bonilla, recibían con beneplácito a Gastón, el que era asiduo amenizador de estos lugares, donde se daba citas con orquestas como: Satélites del Ritmo, Champú Musical Cariño, La Marimba Estudiantil de don Abraham Sánchez, Max Blanco y su Orquesta. Los Solistas del Terraza, Orquesta Bahía, Raúl Traña Ocampo y mucho más.

Los maravillosos ojos de sus admiradores, apreciaban la magistral forma en que ejecutaba la guitarra, el bajo, la percusión y el piano, pero desde luego su maestría musical la desarrolló con la trompeta. Este metal fue la consagración de su principado melodioso. Según la biografía de este celebre músico, nació en Managua, en el barrio El Calvario, Rinconcito del Paraje de los managuas, que para este entonces servía de límite urbano a la ciudad capital. Según su partida de nacimiento, fue un 26 de febrero de 1917, que llegó al mundo. Hijo de doña Escolástica Pérez.

Se cuenta de Gastón, que a los cinco años ejecutaba la marimba de arco y a tan corta edad, conformó un trío con su madre y una tía, los que amenizaban fiestas sociales en Managua, y se conocían como la "Pequeña Familia de los Managuas". La sonora trompeta de Oreja de Burro, fue silenciada por la parca, un 4 de Febrero de 1962. Fue sepultado por la concurrencia de artistas nacionales e internacionales, músicos, compositores, escritores, políticos y todo el pueblo que le admiraba.

Desde su muerte, el más grande homenaje que se le ha brindado a tan honorable músico, fue el Festival de la Canción Nicaragüense que llevaba su nombre "RAFAEL GASTON PEREZ", promovido por el Sistema Sandinista de Televisión, donde surgieron canciones e interpretes que representaron a Nicaragua en el Festival OTI Internacional de la Canción, es innegable la vehemencia con que se manejaba el nombre de Gastón en estos festivales y desde luego la oportunidad que brindo a músicos, compositores, arreglistas e interpretes que surgieron de éste espacio tanto en la patria de Gastón como más allá de nuestras fronteras patrias. La historia de Gastón nunca tendrá fin, tanto en el pentagrama musical nicaragüense, como en el corazón de esta nación que mantiene viva su melodía y su virtuosa figura.

Como esos espíritus de la Música Nacional, lo nuestro.

Tomado de "los hijos de Septiembre"
http://ortegareyes.wordpress.com/2008/05/13/con-tanta-sinceridad/

Si realizáramos una encuesta para determinar, según el gusto de los nicaragüenses, cuál es mejor bolero de nuestra historia musical, obtendríamos resultados concluyentes. Al no tratarse de un tema político, es muy probable que no existan los sesgos y chanchullos que suelen darse en ese tipo de análisis y los resultados de la encuesta serían determinantes. Por una abrumadora mayoría saldría seleccionado el bolero “Sinceridad” de Rafael Gastón Pérez. Es obvio que alguna pequeña proporción de entrevistados no sabrán qué cosa es bolero y otros propondrían a “Los dos bolillos” o “Viva León Jodido” y otros más despistados a “La gasolina”.



Es importante aclarar que en el siglo XX resaltaron muchos boleros dignos de mención como “Miriam” de Víctor M. Leiva que interpretara Luis Méndez, “Tres Flores para ti”, de Tino López Guerra, “Luz y Camino” de Roger Fischer, que llegara a grabar Vicente Fernández, “Luna Callejera” de Jorge Isaac Carballo, “Ya soy tu prisionero” de Orlando Flores Ponce, que inmortalizara Jorge Paladino; “Hoy” de Camilo Zapata; “Tú y yo” de Manuelito Romero; así como “Noche en diciembre”, “Romance” e “Infiel” del propio Rafael Gastón. No obstante, “Sinceridad” destaca entre todos los anteriores por su expresividad romántica, además de haber impactado en el gusto del público de toda América Latina, dándole a la canción nicaragüense una proyección internacional.



Rafael Gastón Pérez, conocido popularmente como “Orej´e burro”, autor de este bolero, es uno de los compositores de música popular más brillantes que tuvo Nicaragua en el siglo XX. Natural de Managua, Rafael Gastón era un músico versátil pues tocaba varios instrumentos, en especial la trompeta, con una gran aptitud para la composición, sin embargo, su agitada vida limitó la obra que pudo habernos legado. Uno de los musicólogos nicaragüenses más acuciosos, Francisco Gutiérrez Barreto, ha realizado profundas investigaciones sobre la vida y obra de Rafael Gastón y las ha plasmado en su libro “Ven a mi vida con amor”, nombre extraído de las dos primeras líneas del excelso bolero. Todos los admiradores de la música romántica nicaragüense deben de tener este libro de referencia, aunque no está dedicado en su totalidad a este compositor, ahí puede encontrarse información muy valiosa sobre la cultura nicaragüense.



La primera grabación internacional de “Sinceridad” la realizó Lucho Gatica en 1952, acompañado por el trío Los Peregrinos. Gatica, cantante chileno que recién iniciaba su carrera artística obtuvo un enorme impulso en su trayectoria gracias a la interpretación de este bolero. Es la fecha y este cantante, que ahora radica en los Estados Unidos y está próximo a cumplir los 80 años, siempre reconoce a esta composición como una de las más importantes en su extensa carrera. Es interesante mencionar que este bolero llegó de carambola a las manos de Lucho Gatica, pues él se encontraba en Panamá cuando según relata Gutiérrez Barreto, se encontró con Pedro Vargas, quien recién acababa de actuar en Managua y había escuchado “Sinceridad”, interpretándola en Panamá e impresionando a Gatica quien decidió incluirla en su repertorio. Otras fuentes, según el mismo Gutiérrez Barreto, aseguran que quien la llevó a Panamá y coincidió con el chileno fue la famosa cantante mexicana Eva Garza, célebre por sus interpretaciones de “Celosa” y “Estrellita del Sur”. No existe pues certeza sobre la forma cómo Lucho Gatica conoció esta pieza, lo cierto es que el cantante chileno recorrió toda América Latina interpretando el bolero e incrustándolo en el gusto de toda su audiencia. Merece la pena resaltar que en una entrevista Lucho Gatica expresó que se sorprendió cuando llegó a cantar a Brasil y su disco “Sinceridad” ya era un éxito completo, a tal punto que algunos autores locales realizaron posteriormente sus propias versiones del bolero en portugués.



En Cuba este bolero también tuvo una gran acogida, pues Gatica estuvo una buena temporada actuando allá, de tal forma que grandes artistas cubanos también lo grabaron, tal como lo reseña Gutiérrez Barreto en su libro, Orlando Vallejo y el trío de Luisito Plá, la Orquesta Románticos de Cuba y Bienvenido Granda, con el Conjunto Casino. Es importante resaltar que a mi gusto, la versión de Bienvenido Granda careció de un arreglo que resaltara la intensidad del bolero e incluso en el intermedio cae en un ritmo completamente discordante con el tema. Si esta versión la hubiese interpretado don Bienvenido con la Sonora Matancera, seguramente el resultado hubiera sido una verdadera joya.



Una de las mejores versiones que he escuchado de esta composición es la de Marco Antonio Muñiz, tal vez por su sensibilidad para tratar al bolero, pues la primera etapa de su carrera la realizó cantando con Los tres ases. El tema de Muñiz es interpretado al mejor estilo de los tríos, resaltando su inconfundible estilo y su potente voz.



Otro gran cantante que le hizo honor a este bolero es el argentino Roberto Yanés, quien logró una magnífica versión que combina un arreglo bastante elaborado con su particular voz, aquella que en su época nos deleitara con “Desesperadamente” y “Oyelo bien”. El único problema de su versión de “Sinceridad” es que cambia algunas palabras de la original, desluciendo un tanto el bolero.



De las intérpretes femeninas de “Sinceridad” resalta la cantante argentina María Martha Sierra Lima con Los hispanos, cuya versión que está a la par de la que lograron los mejores tríos mexicanos, como Los tres diamantes. Así mismo, Gutiérrez Barreto incluye en su reseña la versión de Virginia López, la famosa cantante puertorriqueña de “Cariñito Azucarado”.



Una versión singular es la del grupo chileno Los Galos, quienes adaptaron el bolero al estilo de la balada grupera sudamericana, aquella que tuvo sus orígenes en los trabajos de Germain y los Angeles Negros.



Sin embargo, la versión más original y desde mi particular punto de vista, una de las mejores que se ha logrado de “Sinceridad” es la de Joao Bosco, famoso cantante, guitarrista y compositor brasileño, grabada en portugués en 1989 y que sirvió como uno de los temas de la telenovela brasileña Tieta, joya de la televisión de ese país allá por 1990, basada en la obra del genial escritor brasileño Jorge Amado. Lo único que podría achacarse a este tema es que a pesar de que Bosco mantuvo el título original del bolero, la letra en portugués no tiene nada que ver con la original.



Huelga resaltar que es casi obligado que los cantantes nicaragüenses incluyan en su repertorio una versión de este bolero, como es el caso de Norma Elena Gadea, Martha Vaughan, Octavio Borge, Sergio Tapia, César Andrade, la Camerata Bach. También es importante señalar que algunos artistas internacionales en sus presentaciones en Nicaragua, como una deferencia a sus admiradores nicas, incluyen “Sinceridad” en sus programas, como es el caso de José Luis Rodríguez “El Puma” y el pianista Raúl Di Blassio.



Estoy incluyendo las mejores versiones de este gran bolero con el fin de que las disfruten y pueda cada quien seleccionar su favorita, aunque como dicen: En gustos se rompen sacos.



Lo importante es que estoy seguro de que todos coincidirán que “Sinceridad” es el mejor bolero nicaragüense de todos los tiempos y tal vez uno de los mejores cien de toda la historia del bolero.



Hace precisamente sesenta años, en un arrebato de inspiración Rafael Gastón Pérez plasmó en un bolero todo su sentimiento, pues pareciera haberlo escrito, como diría Benito de Jesús, con tinta sangre del corazón y nos dejó esta composición como un legado impresionante, no sólo por la proyección internacional que logró, sino porque nos advierte sobre un valor fundamental de nuestra sociedad y que en su época todavía era vigente, pero que poco a poco se ha ido disipando de nuestras vidas, así que una tarea urgente que tienen los nicas es recuperarla, pues la esperanza, como dice el bolero, es la sinceridad.

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